Page 210 - Borges interactivo
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210 BORGES INTERACTIVO era reducible a formas esenciales (temperaturas, densidades, pesos, colores), que integraban, en número limitado, un abecedarium naturae o serie de las letras con que se escribe el texto universal. Sir Thomas Brow hacia 1642, confrmó: “Dos son los libros en que suelo aprender teología: La Sagrada Escritura y aquel universal y público manuscrito que está patente a todos los ojos. Quienes nunca vieron en el primero, Lo descubrieron en el otro” (Religio Medici, I, 16). En el mismo párrafo se lee: “Todas las cosas artifciales, porque la Naturaleza es el Arte de Dios.” Doscientos años transcurrieron y el escocés Carlyle, en diversos lugares de labor y particularmente en el ensayo sobre Cagliostro, superó la conjetura de Bacon; estampó que la historia universal es Escritura Sagrada que desciframos y escribimos inciertamente en la que también nos escriben. Después, León Bloy escribió: “No hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus actos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en el registro de la Luz La historia es un inmenso texto litúrgico, donde las iotas y puntos no valen menos que los versículos o capítulos íntegros pero la importancia de unos y de otros es indeterminable y profundamente escondida” (L’Ame de Napoleón, 1912). El mundo, según Mallarmé, existe para un libro; según Bloy, somos versículos o palabras o letras de un libro má- gico, y ese libro incesante es la única cosa que hay en el mundo: es, mejor dicho, el mundo.” Buenos Aires, 1951 Universidad Autónoma de Chiapas