Page 214 - Borges interactivo
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214 BORGES INTERACTIVO NOTA SOBRE (HACIA) BERNARD SHAW A fnes del siglo XIII, Raimundo Lulio (Ramón Llull) se aprestó a resolver todos los arcanos mediante una armazón de discos concéntricos, desiguales y giratorios, subdivididos en secto- res con palabras latinas; John Stuart Mill, a principios del siglo XIX, temió que se agotara algún día el número de combinaciones musicales y no hubiera lugar en el porvenir para indefnidos Webers y Mozarts; Kurd Lasswitz, a fnes del XIX, jugó con la abrumadora fantasía de una bi- blioteca universal, que registrara todas las variaciones de los veintitantos símbolos ortográfcos, o sea, cuanto es dable expresar, en todas las lenguas. La máquina de Lulio, el temor de Mill y la caótica biblioteca de Lasswitz pueden ser materia de burlas, pero exageran una propensión que es común: hacer de la metafísica, y de las artes, una suerte de juego combinatorio. Quie- nes practican ese juego olvidan que un libro es más que una estructura verbal, o que una serie de estructuras verbales; es el diálogo que entabla con su lector y la entonación que impone a su voz y las cambiantes y durables imágenes que deja en su memoria. Ese diálogo es infnito; las palabras amica silentia lunae signifcan ahora la luna íntima, silenciosa y luciente, y en la Enei- da signifcaron el interlunio, la oscuridad que permitió a los griegos entrar en la ciudadela de Universidad Autónoma de Chiapas