Page 87 - Borges interactivo
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JOSÉ MARTÍNEZ TORRES • ANTONIO DURÁN RUIZ 87 PIERRE MENARD, AUTOR DEL QUIJOTE A Silvina Ocampo La obra visible que ha dejado este novelista es de fácil y breve enumeración. Son, por lo tanto, imperdonables las omisiones y adiciones perpetradas por madame Henri Bachelier en un catálogo falaz que cierto diario cuya tendencia protestante no es un secreto ha tenido la desconsideración de inferir a sus deplorables lectores —si bien estos son pocos y calvinistas, cuando no masones y circuncisos. Los amigos auténticos de Menard han visto con alarma ese catálogo y aun con cierta tristeza. Diríase que ayer nos reunimos ante el mármol fnal y entre los cipreses infaustos y ya el Error trata de empañar su Memoria... Decididamente, una breve rectifcación es inevitable. Me consta que es muy fácil recusar mi pobre autoridad. Espero, sin embargo, que no me prohibirán mencionar dos altos testimonios. La baronesa de Bacourt (en cuyos vendredis inolvidables tuve el honor de conocer al llorado poeta) ha tenido a bien aprobar las líneas que siguen. La condesa de Bagnoregio, uno de los espíritus más fnos del principado de Mónaco (y ahora de Pittsburgh, Pennsylvania, después de su reciente boda con el flántropo internacional Simón Kautzsch, tan calumniado, ¡ay!, por las víctimas de sus desinteresadas maniobras) ha sa- crifcado “a la veracidad y a la muerte” (tales son sus palabras) la señoril reserva que la distingue Universidad Autónoma de Chiapas
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