Page 275 - Borges interactivo
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JOSÉ MARTÍNEZ TORRES • ANTONIO DURÁN RUIZ 275 policial, es hablar de plagio; Nietzsche, interrogado, replicaría que lo importante es la trans- formación que una idea puede obrar en nosotros, no el mero hecho de razonarla. Una cosa 42 es la abstracta proposición de la unidad divina; otra, la ráfaga que arrancó del desierto a unos pastores árabes y los impulsó a una batalla que no ha cesado y cuyos límites fueron la Aquitania y el Ganges. Whitman se propuso exhibir un demócrata ideal, no formular una teoría. Desde que Horacio, con imagen platónica o pitagórica, predijo su celeste metamorfosis, es clásico en las letras el tema de la inmortalidad del poeta. Quienes lo frecuentaron, lo hi- cieron en función de la vanagloria (Not marble, not the gilded monuments), cuando no del so- borno y de la venganza; Whitman deriva de su manejo una relación personal con cada futuro lector. Se confunde con él y dialoga con el otro, con Whitman (“Salut au monde”, 3): ¿Qué oyes, Walt Whitman? Así se desdobló en el Whitman eterno, en ese amigo que es un viejo poeta americano de mil ochocientos y tantos y también su leyenda y también cada uno de nosotros y también la felicidad. Vasta y casi inhumana fue la tarea, pero no fue menor la victoria. 4. Tanto diferen la razón y la convicción que las más graves objeciones a cualquier doctrina flosófca suelen preexistir en la obra que la proclama. Platón, en el Parmémdes. anticipa el argumento del tercer hombre que le opondrá Aristóteles; Berkeley (Dialogues, 3), las refutaciones de Hume. Universidad Autónoma de Chiapas
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