Page 458 - Borges interactivo
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458 BORGES INTERACTIVO —Justamente, con referencias a su imaginación y a su memoria, hay muchísima gente que se pregunta por su imaginación en la que todo parece encontrarse, en la que parece caber todo; que puede decirnos de su imaginación y de su memoria. —Bueno, yo creo, como el flósofo judeo—francés Bergson, que la memoria es selectiva, y que uno elige… la memoria elige. Por eso, los hechos desagradables uno tiende a olvidarlos. Yo sé que pasé once días, con sus noches, en un sanatorio, en el mes de febrero, yo estaba de espaldas, no podía moverme, podía perder la vista si me movía. Bueno, eso yo lo sé por- que me lo han contado, pero realmente esos once días, y esas noches de intolerable calor e inmovilidad forzosa, son en mi memoria un solo instante; y sin embargo tienen que haber sido terribles cuando ocurrieron. Y ahora lo cuento como si le hubiera pasado a otro. Y, en cambio me gusta pensar en los momentos de felicidad; y quizá, a veces, exagere la felicidad de esos momentos, ya que me es grato recordarlos. —¿Es, de alguna, la memoria que tiene su personaje, Dhalman, en el cuento “El sur”, la memoria de esos once días? —Ah, es cierto… pero claro, sí, yo me refería a otra operación, ya que yo he pasado buena parte de mi vida en sanatorios. Pero eso no importa, porque los he olvidado. Sí, por ejemplo, cuando me hicieron tal operación en un sanatorio de Palermo, una larga operación y una larga convalecencia en un sanatorio de la calle Brasil, cerca de Constitución. Pero lo sé como he- chos, no como experiencias personales. Digo, lo sé de igual modo, bueno, sé que mi abuelo Borges se batió en batalla de Caseros y tenía dieciséis años. Es decir, es algo que yo he oído. Universidad Autónoma de Chiapas