Page 35 - CONSULTORÍA SOCIAL
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     CAPÍTULO 1: REALIDADES SOCIALES, CAMBIOS
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                Desde el enfoque tradicional, la consultoría está considerada como la última de las
           profesiones liberales, los honorarios son equivalentes a  los del médico  que  diagnostica  y
           receta, es el cliente quien decide “si se toma o no la medicina”, incluso si se conviene un
           proceso de acompañamiento. También hay un enfoque muy técnico de experto, que da
           como resultado consultorías de corto plazo cuando se requiere asesoría para un proceso
           especializado. El “saber hacer” en estos casos implica llegar, resolver un problema, recibir el
           pago e irse. La mayor inconveniencia de esta modalidad es que el experto normalmente no
           adquiere compromisos de transferencia de saberes y cuando ese conocimiento no queda
           disponible para  la organización recurren nuevamente a él, generando dependencia y pagando
           honorarios cada vez más altos por acciones puntuales.
                Los consultores somos aves de paso. Una condición necesaria es no ser empleados
           permanentes, no representar un costo o gasto fijo para el contratante y no sustituir a las
           estructuras de la organización en la toma de decisiones. A veces se le llama outsourcing, aunque
           no es del todo equivalente, ya que esta modalidad de contratación externa es usada para
           actividades operativas no correspondientes al giro del contratante, por ejemplo limpieza de
           instalaciones, recolección y procesamiento de basura, vigilancia, seguridad, etcétera, mientras
           que los servicios de consultoría casi siempre están relacionados con los procesos esenciales
           del quehacer de las organizaciones y fortalece sus capacidades.
                En temas de dirección estratégica institucional en la cual se requieren equipos altamente
           integrados para dirigir procesos surgió la consultoría integral colaborativa, (Sherwood, 1989)
           En esta modalidad el diagnóstico no lo hace el consultor sino un comité representativo de los
           grupos de interés y toma en cuenta los niveles de la estructura (autodiagnóstico). Las decisiones
           respecto a los procesos de cambio son sugeridas por el consultor o cualquier miembro de la
           organización y se toman en este grupo, al que se llama equipo guía.
                                                        Universidad Autónoma de Chiapas
     	
